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Fondo Inversor

Capital y apoyo para organizaciones que generan impacto

Fondo Inversor

Capital y apoyo para organizaciones que generan impacto

Colombia / Entidades financieras y gestoras de activos de impacto social o ambiental.

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El Fondo Inversor canaliza recursos de inversionistas para apalancar planes de crecimiento, expansión o consolidación de pequeñas y medianas empresas que cuentan con un modelo de negocio rentable, escalable y con potencial para generar un alto impacto social y ambiental en Colombia.

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Antecedentes y contexto

Antecedentes y contexto

En 2007, mientras la Fundación Rockefeller acuñaba el término “Impact investing” y con este se agrupaba una tendencia de nuevas inversiones que no solo tuvieran en cuenta el retorno financiero sino que generarán un impacto social y ambiental, en Colombia diferentes actores del sector social y empresarial decidieron crear un fondo que respondiera a estos principios.

En primer lugar, con ayuda de la consultora Compartamos con Colombia se realizó un estudio para conocer otros referentes y evaluar la viabilidad. En segundo lugar se creó la Corporación Inversión Social Rentable -Corporación Inversor-, la cual actuaría como gestor profesional del fondo del mismo nombre. En 2009 se logró materializar la corporación con la participación de catorce organizaciones del sector fundacional y empresarial.

"La unión de esos dos mundos es lo que el Fondo Inversor quiere representar. Lograr una mezcla del lado social, donde se espera generar un alto impacto y buscar que los recursos no se agoten en el tiempo; ir más allá de la filantropía tradicional. Y del lado empresarial buscar crecimiento, rentabilidad, eficiencia, desarrollo económico, siempre con el espíritu de generar un impacto social y ambiental significativo".


César Rodríguez
Director de Inversiones de la Corporación Inversor, Gestor Profesional del Fondo de Capital Privado Inversor.

Descripción

Descripción

El Fondo Inversor canaliza los recursos de inversionistas que tienen interés en generar impacto socio ambiental, para apalancar planes de crecimiento, expansión o consolidación de pequeñas y medianas empresas que cuentan con un modelo de negocio rentable, escalable y que, lo más importante, tengan un potencial para generar un alto impacto social y ambiental en Colombia.

Cuenta con el respaldo de aliados con diferentes miradas y experiencias. Desde el enfoque financiero está la Bolsa de Valores de Colombia, JP Morgan, Banca de Inversión de Bancolombia, Estrategias Corporativas y LAEFM; la firma de abogados Brigard Urrutia ofrece soporte legal y organizaciones del sector social contribuyen desde una mirada que articula lo financiero y lo social, como la Corporación Mundial de la Mujer, Fundación Avina, Fundación Saldarriaga Concha, Fundación Bolívar Davivienda, Fundación Bavaria, Compartamos con Colombia y Fundación Diego y Lía.

Esta multiplicidad de voces no sólo refleja las posibilidades de articulación de diferentes actores en el ecosistema de inversión social privado colombiano, sino que representa beneficios en tanto ofrecen apoyo financiero, técnico y humano para el desarrollo del fondo y de sus inversiones

El fondo a invertido desde el 2011 en cinco compañías con propósito social y las apoyará hasta el 2021¹. Estas son de diferentes sectores, lo que convierte al fondo en multisectorial con iniciativas de alto impacto. Estas son:

  • Hotel Waya (Turismo): un hotel que promueve el desarrollo turístico en la región de La Guajira, una de las más pobres de Colombia, y ofrece una alternativa sostenible para su desarrollo y la generación de empleo diferente a la minería tradicional de la cual depende tradicionalmente este Departamento.

  • Gaia Vitare (Servicios ambientales): esta empresa separa y recupera residuos eléctricos y electrónicos (RAEE) a través de procesos estandarizados, velando por la preservación del medio ambiente, para incorporarlos nuevamente en el mercado para su uso industrial.

  • Groncol (Construcción): diseña, desarrolla y mantiene proyectos de construcción verde en todo el país, como muros y techos verdes, por medio de productos innovadores que acumulan beneficios sociales, ambientales y económicos.

  • Fruandes (Agroindustria): es una compañía dedicada al proceso de deshidratación y exportación de frutas orgánicas a países con un alto consumo de alimentos saludables, beneficiando a pequeños agricultores colombianos. Exporta a Canadá, Estados Unidos, Suecia, Suiza, Reino Unido e Italia. Fruandes trabaja con sellos de comercio justo y orgánico y es una empresa B².

  • Mejor en Bici (Servicios - Movilidad urbana): diseña e implementa servicios integrales de alquiler de bicicletas para uso público y de organizaciones privadas en las ciudades. Así mismo, desarrolla actividades que promueven el uso de la bicicleta como medio de transporte alternativo.

En caso de que se requiera, el fondo realizará inversiones subsiguientes en 2021-2022.

¹Consultado aquí
²La empresa B es un tipo de empresa que utiliza el poder del mercado para dar soluciones y contribuir a los problemas sociales y/o ambientales.

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Implementación

Implementación

La Corporación Inversor, gestor profesional del Fondo Inversor, fue creada como una entidad sin ánimo de lucro para canalizar recursos de inversionistas que buscaran rentabilidad pero no retorno financiero, invirtiendo sus recursos en calidad de donación y disponiendo que su rentabilidad quedará en el gestor para seguir promoviendo la inversión de impacto. Por su parte, el Fondo Inversor fue constituido como un fondo de capital privado, una cartera colectiva cerrada en la que sus inversionistas deben hacer sus aportes de capital antes del cierre final de las inversiones, momento a partir del cual no pueden ingresar nuevos inversionistas, y comprometer los recursos por un periodo de generalmente diez años.

El Fondo Inversor fue presentado a cerca de 83 organizaciones en el país, de las cuales 27 manifestaron un interés preliminar en entender y conocer más sobre él y sobre este tipo de inversiones, muy novedosas para el momento de su nacimiento.

Finalmente, 14 inversionistas se vincularon a esta apuesta y han logrado llegar a un capital de aproximadamente USD 7 millones, el cual, según el monto de la inversión se divide así: multilaterales 22,6 %, organizaciones no gubernamentales 22,6 %, fondo de pensiones 14,6 %, family offices locales 14,6 %. El restante 25,6 % se distribuye en el sector público, sector privado y ONG/family offices internacionales. Varias fundaciones colombianas se interesaron en participar en la iniciativa, así como un fondo de pensiones (Skandia) como primer inversionista institucional en apoyar estos vehículos de inversión de impacto.

El Fondo Inversor fue constituido como un fondo de capital privado, una cartera colectiva cerrada en la que sus inversionistas deben hacer sus aportes de capital antes del cierre final de las inversiones.

Los inversionistas tenían diferentes motivaciones para participar: los del sector fundacional estaban buscando opciones y alternativas que les evitaran agotar sus recursos y que generaran impacto y los del sector privado empresarial y financiero buscaban iniciativas que generaran rentabilidad de mercado, crecimiento empresarial y a su vez impacto social y ambiental significativos.

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En lo relativo a la selección de las inversiones, desde el momento de su constitución hasta el cierre de la etapa de aportes se analizaron cerca de 179 oportunidades de inversión. Luego se les hizo un estudio detallado a 58 de ellas y 25 pasaron a etapa de debida diligencia. Finalmente, la lista se redujo a 5 empresas con las cuales se avanzó en la formalización de acuerdos.

Para su selección se realizó un análisis detallado de indicadores de cada una teniendo en cuenta el sector económico en el que se encuentra. Sin embargo, algunos indicadores son transversales para todas, por ejemplo la condición de tener impacto social o ambiental. En la perspectiva social los indicadores revisados fueron generación de empleo a población vulnerable y mejoramiento en las condiciones laborales para dichas personas. En la perspectiva ambiental, variaron según el sector y modelo de negocio, sin embargo en términos generales se buscó que tuvieran buenas prácticas ambientales y que contribuyeran al cuidado y protección del medio ambiente.

Otras motivaciones para la selección se basaron en aspectos financieros y de estrategia, donde se buscaba que las compañías tuvieran un potencial de crecimiento y escalabilidad en sus modelos de negocio.

Un aspecto intangible pero muy relevante en el proceso de selección estuvo relacionado con el componente humano. No solo era importante tener un modelo de negocio atractivo con un impacto social y ambiental evidente, sino que también era fundamental que la conexión entre el fondo y el empresario fuera fluida y constructiva. Al ser una inversión a largo plazo (6-8 años aproximadamente) los primeros escenarios de relacionamiento resultan trascendentales en esta construcción de confianza.

La filosofía del Fondo Inversor ha estado fundamentada en financiar las compañías por medio de capital accionario, como un instrumento financiero que hace evidente el compromiso del fondo con el impacto final y los resultados.

Financiamiento a la medida

Desde sus inicios, la filosofía del Fondo Inversor ha estado fundamentada en financiar las compañías por medio de capital accionario, como un instrumento financiero que hace evidente el compromiso del fondo con el impacto final y los resultados. No obstante, en el camino surgieron aprendizajes que han apuntado a adaptarse a los requerimientos de cada una de las compañías y a las características de los emprendedores.

Considerando las particularidades de cada emprendimiento se analizaron aspectos como los recursos que necesitaba y la destinación de los mismos, así como la posición del emprendedor que, en algunas oportunidades, prefería más un préstamo que un socio directo.

Esta misma reflexión llevó al fondo a contemplar otros instrumentos financieros para compensar riesgos y facilitar las estrategias de salida. Con una combinación entre capital accionario y deuda logró adaptarse a los requerimientos de la empresa y, al mismo tiempo, tener oportunidades de hacer inversiones adicionales usando métodos adaptables.

En el camino surgieron aprendizajes que han apuntado a adaptarse a los requerimientos de cada una de las compañías y a las características de los emprendedores.

Dado lo anterior, hoy en día el fondo se constituye en 40 % de capital accionario y 60 % de deuda. Conviene aclarar que este es un tipo de deuda mezzanine; es decir, un mecanismo de deuda no tradicional, más flexible que la del sector bancario, que atiende las necesidades en términos de periodos de gracia, tasas y forma de pago entre otras condiciones, y que se alinea con las perspectivas de crecimiento de las compañías. Resulta beneficiosa para el emprendedor ya que está amarrada al éxito del modelo de negocio, no deja que se este se “ahogue” sino va de la mano del crecimiento. El fondo provee capital donde la deuda bancaria no está disponible y la tasa que utiliza depende de un análisis de diferentes variables como el riesgo, el tiempo, las garantías y el uso, entre otras, buscando ser competitivo dentro del promedio del mercado.

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Apoyo no financiero

El apoyo no financiero, constante en el proceso, resulta fundamental para hacer seguimiento a las inversiones y acompañarlas con un equipo de trabajo complementario. Particularmente, el Fondo Inversor está conformado por cinco personas, una de ellas hace seguimiento y acompaña el impacto, otras dos acompañan los temas financieros, operativos y de transacción y las dos restantes, se encargan de aspectos transversales como estrategia, comercial y asuntos legales, entre otros. Este equipo participa activamente en el día a día de las empresas buscando aportar a su desarrollo y fortalecimiento a través de³:

  1. Fortalecimiento del modelo y la estrategia de negocio.

  2. Optimización de la estructura financiera.

  3. Apertura de nuevos mercados.

  4. Fortalecimiento de las prácticas de gobierno corporativo.

  5. Maximización del impacto social y ambiental.

Adicionalmente, miembros del consejo directivo de la corporación y del comité de inversiones hacen parte de las juntas directivas de las empresas y actúan como asesores de alto nivel. Así mismo, el Fondo Inversor busca que a través del consejo directivo, del comité de inversiones y de las redes de contactos, se identifiquen personas que puedan ayudar a fortalecer las competencias de las compañías.

³Consultado aquí
⁴GIIRS (Global Impact Investing Rating System): herramienta para medir el impacto social y ambiental del fondo y su portafolio anualmente con el propósito de medir y comparar su desempeño. El puntaje máximo es 200. El Fondo Inversor se unió desde 2013 a esta iniciativa de medición y ha logrado aumentar 19,1 puntos del periodo 2013-2014 al periodo 2018-2019, obteniendo un total de 156,6 lo cual los ubica en el rating Platinum. No obstante, esta medición se abandonó en 2019 por la misma culminación de este sistema.

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Resultados

Resultados

Aprendizajes y perspectivas

Aprendizajes y Perspectivas

Para hacer seguimiento al impacto y los resultados, el fondo mantiene conversaciones constantes con las empresas (mínimo una vez a la semana) y cuenta con tres líneas de indicadores de medición:

  1. Indicadores propios de la compañía, los cuales reportan sobre el sector en el cual se encuentra la compañía y se miden semestralmente.

  2. Indicadores estandarizados, transversales a todas las compañías bajo la taxonomía de IRIS+ y de Global Impact Investing Rating System - GIIRS4 hasta el 2019. Estos se evalúan anualmente y comprenden aspectos como empleo generado; empleo a población vulnerable; género en cargos directivos; compras a proveedores locales; gobierno corporativo; miembros independientes, entre otros.

  3. Seguimiento a buenas prácticas, lo cual no actúa como un indicador específico pero sí considera aquellas buenas prácticas sugeridas por GIIRS. La idea es que también actúen como oportunidades de mejora entre las empresas del fondo.

Los resultados a la fecha, previo a la finalización del fondo en el 2022, han sido la generación de alrededor de 300 empleos, de los cuales aproximadamente el 70 % corresponden a población vulnerable (estratos 1 y 2, madres cabeza de familia, entre otros). Además, se ha formalizado el empleo en un 26,8 % y se han mejorado las condiciones laborales para un 30 % de los trabajadores⁵.

Gracias al apoyo no financiero se ha podido formalizar la definición de las líneas estratégicas de las compañías y la estructuración de temas financieros. Además, en los temas sociales y ambientales se han desarrollado las estrategias de impacto. Esto se ve reflejado en el crecimiento de las ventas, un 11,2 % en promedio ponderado y el múltiplo EBITDA 1,8 veces al 2019.

En la medición GIIRS de 2018-2019 se destacaba que la calificación del portafolio mejoró su puntaje en 5 puntos frente al ejercicio anterior; la calificación del Gestor Profesional mantuvo el mismo puntaje frente al ejercicio anterior y tres de las cinco compañías mejoraron su puntuación⁶.

Otro factor a resaltar es que la mezcla variada de inversionistas como cooperación internacional, recursos públicos, fundaciones, family offices, sector empresarial y fondos de pensiones, llevó al Fondo a tener prácticas muy exigentes y rigurosas. Por ejemplo, debe realizar informes periódicos y reportes no solo a la corporación, sino para sus aliados, inversionistas, órganos de gobierno y el regulador. De igual manera cuenta con esquemas de rendición de cuentas y de seguimiento y monitoreo constantes que hacen que no se pierda de vista el impacto principal que se quiere lograr.

Además, las empresas en medio de la actual coyuntura, han demostrado tener una mayor resiliencia para enfrentar situaciones críticas como las provocadas por el COVID-19. Si bien sus sectores han sido algunos de los más afectados, como lo es turismo y construcción, han llegado mejor preparadas a estos escenarios y con posibilidades de rediseñar sus mismos productos y servicios, de acuerdo con este nuevo escenario. Por ejemplo, Gaia Vitare, que presta el servicio de manejo integral de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, ha ampliado su oferta de servicios e incorporado nuevas líneas de procesamiento de residuos y generación de valor como la de manejo de residuos hospitalarios y la de plásticos con valor agregado.

Uno de los principales logros del Fondo Inversor fue abrir camino a nuevas inversiones que pusieran en primer lugar el impacto y demostraran así la tesis de que el sector financiero y el social pueden coexistir generando rentabilidad y retorno social y ambiental.

"Hoy en día el ecosistema es mucho más robusto, hay más intermediarios involucrados en inversiones de impacto y dispuestos a apostarle a la creación de estos espacios. Hemos compartido las experiencias con la academia y otros fondos, lo que ha sido muy valioso ya que ha permitido la apertura y el desarrollo del ecosistema".


César Rodríguez
Director de Inversiones de la Corporación Inversor, Gestor Profesional del Fondo de Capital Privado Inversor.

Otro de los logros y aprendizajes del Fondo Inversor es que es posible estructurar un fondo multisectorial que genere impacto y que tenga empresas que crezcan y perduren en el tiempo, para lo cual se requiere de un equipo que profundice sus conocimientos en estos sectores de manera que el acompañamiento a las compañías sea de gran valor. Con estos aprendizajes, se está estructurando un segundo fondo, compuesto por un equipo de mayor experiencia y conocimiento.

Adicionalmente, otro de los principales aprendizajes tiene que ver con que, al ser el primer fondo de impacto del país, no se consideró un tamaño adecuado de la inversión para garantizar la sostenibilidad de la estructura requerida durante todo el proceso. Frente a este reto los inversionistas han acompañado de manera estrecha a la organización para ofrecer respaldo y acompañamiento no financiero constante. Sin embargo, esos mismos limitantes de raíz han significado barreras que se esperan ajustar para el segundo fondo.

En cuanto a las compañías, un aprendizaje que resalta el fondo es la importancia de fortalecer los equipos que acompañan y apoyan a los gerentes de las compañías, pues este es el capital humano que hace que las buenas ideas e iniciativas que contribuyen a escalar el impacto sean posibles.

Por último y desde su experiencia en el ecosistema de inversión social privado colombiano, el Fondo Inversor ha visto la necesidad de que existan organizaciones que acompañen a las compañías en el fortalecimiento de capacidades diferentes a las cubiertas por él. Temas legales, de recursos humanos y mercadeo, entre otros, son claves para el crecimiento de compañías con impacto social y ambiental en el país y cuyos proveedores directos suelen ser muy costosos en etapas tempranas de operación.

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